El tratamiento específico para cada dolor puede ser simple o complejo en función de la causa que origine dicho dolor. Por ejemplo, tenemos un tratamiento de dolor simple en la irritación de la raíz nerviosa de una hernia de disco que se extiende por la pierna. El tratamiento ideal consiste en aliviar al paciente con una inyección epidural de esteroides y una terapia física, aunque sí que es verdad que a veces, por la razón que fuere, el dolor no desaparece y es necesario aplicar otro tipo de técnicas como las que se listan a continuación:
– Intervención quirúrgica
– Administrar medicamentos
– Terapia física
– Ayuda psicológica
– Acupuntura y otras terapias naturales
– Derivar al paciente a otro especialista
¿Cómo se elige un tratamiento del dolor?
El tratamiento del dolor se elige en función de su intensidad, duración, condiciones que lo agraven y demás estructuras implicadas en causar dolor, de modo que se identifique la fuente exacta del problema y se consiga aislar el tratamiento óptimo para cada paciente.
La fluoroscopia es un método de visualización de rayos X que suele usarse habitualmente por el médico para localizar con precisión dónde colocar la inyección con el medicamente apropiado para el dolor.
Los ultrasonidos son también otra técnica con la que se identifican estructuras implicadas y que ayudan a encauzar el correcto tratamiento.
¿Cuáles son las causas habituales del dolor?
Las causas más habituales de dolor son:
– Dolor de cabeza
– Dolor en nervios periféricos
– Dolor facial
– Coxigodinia
– Fracturas
– Tortícolis
– Fascitis plantar
– Miofascitis
– Neuralgia post-herpética
– Síndrome periforme
– Epicondiditis
– Cáncer